"La verdad del ” árbol de navidad o árbol del universo”; su origen anticristiano
diciembre 18, 2011
No es “exagerar” si se afirma que el “árbol del universo” es de origen druida, tal y como lo afirman TODAS las narraciones del mismo. No existe una sola que asegure que el “árbol del universo” tiene una tradición originada en el cristianismo.
Todas las fuentes señalan a los sacerdotes druidas, los mismos del Halloween, los que sacrificaban seres humanos a sus dioses paganos, como los autores del “árbol del universo”, aunque para ellos era:
“celebrar el cumpleaños de uno de sus dioses adornando un árbol perenne, coincidiendo en cercanía con la fecha de la Navidad cristiana”.El árbol tenía el nombre de Divino Idrasil (Árbol del Universo), en cuya copa se hallaba el cielo, Asgard y el Valhalla; mientras que en las raíces profundas se encontraba EL INFIERNO.
La falsa leyenda del árbol navideño de San Bonifacio, similar a la de “Santa Claus”
Muchos contemporáneos, luego de asimilar la costumbre druídica, quisieron encontrar un justificante para poner el “árbol del universo” en sus hogares y llenarlos de regalos que supuestamente son traídos por el duende gordo Santa Claus, quien se introduce por la estrecha chimenea…
Quienes defienden al “árbol del universo” tergiversan la tradición e inventan una pseudo “tradición” en la que San Bonifacio, tras cortar un árbol druídico Divino Idrasil (Árbol del Universo), en su lugar “plantó un pino, que por ser perenne, simbolizó el amor de Dios, adornándolo con manzanas y velas”. Los mentirosos añaden:
“Las manzanas simbolizaban el pecado original y las tentaciones, mientras que las velas representaban la luz de Jesucristo como luz del mundo…”
La aberración de la “leyenda” de San Bonifacio. Si el santo destruyó un árbol druida, ¿por qué iba a plantar otro?. En su lugar fijó la Santa Cruz
A san Bonifacio se le representa bautizando a los conversos, con un pie encima de un roble abatido que simboliza el sometimiento de la religión pagana.
A partir de ello, han inventado una absurda leyenda, falsamente atribuida a San Bonifacio, no explica qué sentido tiene que el santo cortara un árbol (roble), para plantar otro árbol (pino) y cargarlo con las mismas viandas que los paganos. Resulta necio, que es lo mismo decir idiota.
¿Por qué fue tan generoso en llenar de manzanas (pecados) el árbol, si en el árbol del Edén sólo se habla de un fruto, nunca de docenas de manzanas?.
¿Por qué, si la “tradición” inició en el siglo VII, duró oculta por un milenio, hasta que fue “rescatada” por los protestantes luteranos en el siglo XVII, no por los católicos?.
Para explicarnos, dos preguntas; ¿qué tiene en semejanza o en representación de la Natividad de Nuestro Redentor un pino con manzanas y luces?. NADA
La segunda pregunta; ¿qué tiene ese “árbol de navidad” en común con el “árbol del universo” druídico, utilizado por los enemigos de Cristo para adorar a sus demonios?. TODO.
La introducción del “árbol del universo” en España e Inglaterra, obra de criptohebreos
El “árbol del universo” ahora llamado “árbol de navidad” fue introducido por primera vez en la Alemania luterana a principios del siglo XVII. Fue hasta el siglo XIX cuando apareció en los países protestantes de Finlandia, Rusia e Inglaterra. Primeramente en el castillo de los Windsor (los hebraizados von Battemberg) quienes lo hicieron parte de su ornamentación navideña a mediados del siglo XIX.
Igualmente fueron los borbonistas hebraizados quienes lo llevaron a España hasta 1870. Se sabe que fue introducido por la duquesa “rusa” -no católica- Sofía Sergeïevna Troubetzkoy mujer de un líder de la restauración borbónica; José Isidro Osorio y Silva-Bazán, hijo de la marrana Inés Francisca de Silva-Bazán (1806-1865), hija a su vez del hebreo marrano José Gabriel de Silva-Bazán y Waldstein y de la marrana Joaquina María Téllez-Girón y Alfonso Pimentel.
En España hubo grandes detractores de esta tradición como Dolors Cos en 1930 o Ramón Violant en 1948 que se quejaba de que mezclado entre los puestos de venta de figuras y adornos también aparecieran árboles de Navidad.
La leyenda alemana lo relaciona con Martín Lutero, fundador de la fe Protestante – quien regresando a Wittenberg, una silenciosa y fría noche de vigilia, quiso recrear, adornando con pequeñas velas un abeto doméstico, la impresión fabulosa que tuvo al observar los árboles helados del bosque que resplandecían bajo la luz de las estrellas… quizá haya sido un intento de la iglesia alemana reformada por conservar una costumbre pagana, viva en el pueblo, atribuyéndole un carácter cristiano.
La costumbre se arraigó en Alemania y los países escandinavos en los siglos XVI y XVII, de allí paso a Inglaterra: primero fueron los soberanos de la casa de Hannóver, Jorge III (y sobre todo su esposa Carlota), y más tarde el Príncipe Consorte Alberto de Sajonia-Coburgo, celebre marido de la reina Victoria. Cabe pensar que el abeto decorado en los hogares, podría considerarse, en cierto sentido, como una prueba de fidelidad monárquica."
1 comentario:
Muy bueno, Silvio, en breve difundiré este artículo.
Saludos y feliz navidad.
Publicar un comentario